lunes, 1 de junio de 2015

Sobre los alumnos libres

En años recientes se ha instalado en la agenda del Colegio Nacional de Buenos Aires la necesidad de atender la situación de los alumnos que pierden la regularidad.
El fenómeno no es nuevo, pero la preocupación sí: estudiantes, docentes, padres y autoridades lo reconocen como un problema y demandan una solución.

El problema de la tradición

Este dato es conocido por la gran mayoría de las familias que cada año eligen que sus hijos hagan el curso de ingreso para entrar al Colegio. La exigencia especial que este requisito implica es, al igual que su infraestructura y su prestigio, una de las características distintivas del Colegio.
Algunos argumentan que es precisamente este apego a la tradición, esta falta de vocación de reformarse, lo que expulsa alumnos del Colegio. El dilema es complejo: ¿no es justamente la tradición de exigencia y prestigio (al menos una parte de) lo que atrae a las familias hacia la institución?
Por supuesto, la mera persistencia en el tiempo de un mecanismo institucional no es un argumento suficiente para su preservación. Cualquier mecanismo que tenga efectos perniciosos debería ser revisado, pero reformar un diseño institucional sin una evaluación adecuada es una imprudencia evitable. Creemos que esta evaluación no ha sido hecha aún.
De cualquier forma, el apego a la tradición no puede dar cuenta de la totalidad del problema: si el Colegio no cambió, y la tasa de deserción sí, la explicación de lo que haya ocurrido tiene que buscarse en otro lado. El contexto en el que el Colegio se inserta probablemente se haya transformado en las últimas décadas. 
La dificultad radica en que es imposible precisar qué transformaciones se produjeron sin disponer de la información relevante.

El problema de la información

Por ejemplo, no sabemos cuál ha sido la tendencia de la tasa de deserción en los últimos años. El consenso implícito sugiere que se mantuvo más o menos estable durante todo el siglo XX y empezó a aumentar en los últimos 15 años. No podemos descartar la hipótesis, simplemente porque los datos no están disponibles públicamente.
Tampoco sabemos cómo se compara la deserción de los alumnos del CNBA a la del resto de los colegios secundarios de la ciudad. Si el problema fuese que el CNBA “expulsa a susalumnos” deberíamos poder ver que adolescentes del mismo nivel socioeconómico tienen menos chances de terminar el secundario si lo inician en el CNBA que si lo hacen en otros colegios.
Nos falta información, además, sobre la naturaleza misma del problema al interior del CNBA. ¿Cuántos alumnos desaprueban materias durante el ciclo lectivo de marzo a noviembre? ¿Cuántas materias? ¿Qué materias? ¿Cuántos exámenes se aprueban en las mesas de diciembre? ¿Cuántos en marzo? ¿Cuántos de los alumnos que pierden la regularidad desaprueban dos, tres, cuatro o más materias en la última mesa de marzo?
Sin esos datos es imposible proponer una solución. La propuesta reciente de las autoridades de la UBA de modificar el régimen de regularidad se hace sin saber a cuántos alumnosbeneficiaría.

El problema de los incentivos

La propuesta de reformar el régimen de regularidad del CNBA tiene un defecto conceptual más grave: parte del supuesto de que el centro del problema es la última mesa de examen de marzo. Lo cierto es que no es probable que así sea: el estudiante que no logra aprobar las materias en marzo suele ser un estudiante que desaprobó más materias de lo conveniente, tanto durante el año como en la mesa de diciembre.
Por otra parte, dado que la experiencia y la teoría de la elección racional muestran que losindividuos se adaptan a las normas, permitir dos materias previas podría resultar en un aumento de las materias desaprobadas en las instancias anteriores a la mesa de marzo
El problema de los alumnos que pierden la regularidad es mucho más amplio que el aplazo en un examen.
Cualquier reforma que quiera mejorar el rendimiento de los estudiantes dentro del Colegio debería aspirar a maximizar la cantidad de materias aprobadas durante el año, en lugar de pretender poner un parche cuando ya es demasiado tarde.

Los pasos a seguir

Es necesario que toda la información pertinente esté disponible para que la comunidad educativa del CNBA y todos los especialistas en educación interesados puedan aportar una opinión informada.
Es necesario llevar adelante una investigación que involucre a profesionales de la educación, de las ciencias sociales y de la estadística para obtener conclusiones fiables respecto del problema de los alumnos que pierden la regularidad en el CNBA. Tal investigación debería comenzar lo antes posible, con la perspectiva de tener los resultados disponibles para comienzos del próximo ciclo lectivo.
Hasta ese entonces, cualquier medida tomada para paliar la situación de los alumnos libresdebería tener carácter provisorio.
Santiago Armando
Consejero Graduado 2012-2014