A partir del año 2009, funcionará en el Colegio Nacional de Buenos Aires el “Consejo Escolar Resolutivo”, conformado por estudiantes, docentes y graduados, en el que los representantes de la comunidad educativa discutirán y tomarán decisiones sobre el rumbo del Colegio. La existencia de un Consejo con capacidades resolutivas ha sido una reivindicación histórica de los alumnos, y hoy comienza a hacerse realidad, gracias al intenso esfuerzo del movimiento estudiantil en su lucha por conseguirlo en los últimos años.
Es importante remarcar que el Consejo conseguido dista de ser ideal, tanto por su composición como por las limitaciones de su resolutividad actual, y las discusiones sobre estos temas no pueden darse por cerradas. Sin embargo, no deja de ser un logro fundamental el haber conseguido este Consejo, y a fin de intensificar este proceso será necesario esforzarse para que se convierta en un espacio productivo.
Los días 20 y 21 de abril se realizarán las elecciones para los 2 representantes del claustro de graduados. Quienes suscribimos este texto creemos que, mediante estas elecciones, podemos dar un impulso al debate constructivo entre exalumnos de distintas promociones, y de esta forma comenzar a articular un verdadero claustro de graduados, que hoy juzgamos inexistente. Nuestra intención es constituir un espacio activo, comprometido con el Colegio, con el proceso de democratización que derivó en la creación del Consejo, y dispuesto a trabajar con toda la comunidad educativa en pos de mejorar la institución cada día un poco más.
Un nuevo perfil de graduado
Es necesario tener presente que el graduado en general no tiene un contacto cotidiano con el Colegio y su transcurrir día a día. Independientemente de casos personales, el graduado como figura no tiene conexión directa con el proceso educativo, y por ello es que hoy en día no existe un claustro que los reúna. Teniendo esto a la vista, parece necesario volver a considerar el rol de graduado. Su presencia en un Consejo que decidirá sobre cuestiones relativas al proceso educativo cotidiano merece ser discutida. Tanto este punto, como la marcada diferencia de representación entre docentes y alumnos (8 y 4 consejeros respectivamente) son debates que deben darse para avanzar en el proceso de democratización iniciado. En este sentido, nuestra intención es generar un espacio de discusión entre los graduados, desde el cual se pueda aportar y trabajar constructivamente con toda la comunidad educativa para mejorar el Colegio, siempre teniendo claro el rol central de estudiantes y docentes, actores principales del proceso educativo. Pretendemos que este espacio pueda aportar su trabajo independientemente de que los graduados ocupen o no un lugar en el Consejo.
Más allá de que este debate pueda estar planteado, lo cierto es que hoy en día los graduados tienen representación en el Consejo. Si bien el graduado ya no pertenece al día a día del Colegio, creemos que su presencia en el Consejo puede llegar a resultar constructiva en este contexto. Por ser una figura externa en comparación con estudiantes y docentes, el graduado no debe intentar imponer “soluciones mágicas” traídas desde afuera; creemos que su rol debe consistir en contribuir a construir el debate entre los diversos sectores de la comunidad educativa. Este nuevo espacio surge como una alternativa a lo que viene representando la figura del graduado del colegio. Es indispensable que el graduado articule fuertemente su accionar y sus propuestas con los docentes y especialmente con los estudiantes.
Este es el nuevo perfil de graduado que consideramos necesario impulsar. A su vez, debemos asumir el compromiso de conformar este espacio de graduados como un modelo político sano y abierto, alejado de las mezquindades que afloran cuando los intereses personales o sectoriales son más importantes que el interés por trabajar para mejorar la situación del Colegio.
Contexto Nacional del Buenos Aires
Dado que el CNBA forma parte del entramado socio-cultural de nuestro país, es necesario mencionar la difícil situación que atraviesa la educación pública a nivel primario, secundario y universitario. Por ello, pretendemos generar un perfil de graduado comprometido tanto con la realidad social en general como con la del colegio en particular.
La política educativa a nivel nacional ha demostrado con creces ser errónea, pues no existieron reformas superadoras llevadas a cabo por el Gobierno Nacional: la “nueva” Ley de Educación Superior, los problemas edilicios, salariales, presupuestarios, de deserción escolar y de contenido, persisten y continúan profundizándose. El CNBA, si bien se encuentra en una situación de privilegio frente al resto de los colegios secundarios, no es una excepción.
Para entender la complejidad de esta situación no hay que perder de vista la realidad de la UBA, de la que depende el colegio. La Universidad es ahogada presupuestariamente, y lo alarmante es que sus autoridades ofrezcan, como única respuesta a esta circunstancia, el autofinanciamiento que esconde una política de vaciamiento y desmovilización. En este sentido, consideramos necesaria la discusión, elaboración e implementación de un plan educativo a largo plazo, llevado a cabo por estudiantes y docentes, y sustentado por el Gobierno Nacional, que tenga por objetivo primordial la transmisión de una educación de excelencia para el desarrollo de nuestro país y de todos sus habitantes, en instalaciones dignas, con salarios dignos y que por sobre todas las cosas genere pensamiento crítico. Por eso mismo, creemos que es de absoluta importancia la estimulación del trabajo entre todas las partes de la comunidad educativa en pos de beneficios comunes que contribuyan a la democratización real de la conducción de la Universidad.
Este es el proceso que creemos que debe iniciarse en el Colegio a partir de la creación del Consejo Escolar. Es necesario que desde los distintos sectores se empiece a pensar qué es lo que se espera del Colegio, qué Colegio se quiere construir. Debe generarse un debate serio sobre el proyecto educativo que se pretende ofrecer a la sociedad, sobre el desarrollo intelectual, humano y político que se propone dar a sus estudiantes, para así comenzar a trabajar por una mejor institución. Es por esto que nos interesa armar un espacio desde el cual podamos contribuir, acercar propuestas y trabajar para mejorar la calidad educativa del colegio. Creemos indispensable abrir el debate sobre muchos temas que conciernen a toda la comunidad educativa, y confiamos en poder aportar soluciones útiles y constructivas.
Debatir para construir
Hay algunos temas que hoy nos preocupan, empezando por el mismo funcionamiento de este Consejo Escolar, sobre el cual quedan discusiones pendientes para avanzar en este proceso de democratización. Apostamos a que en él se discutan la mayor cantidad de temas posibles, que no quede esterilizado y que se reúna regularmente. Este espacio debe estar abierto al debate, y debe ser una herramienta de punta donde todos los sectores de la comunidad educativa confluyan y discutan acerca del mejor funcionamiento de la institución.
Otro punto central, del cual poco se discute, es la selección socioeconómica que opera en el colegio. Desde el curso de ingreso, hasta la permanencia en la escuela, se juega justamente con quiénes pueden mantenerse y a costas de qué. Hoy por hoy, aunque exista un curso de ingreso, y no sólo exámenes sueltos, la gran mayoría de los estudiantes van a institutos privados para garantizarse el ingreso. No todos los que se inscriben constan de las mismas oportunidades, ya que es evidente que las clases que se dictan en el curso de ingreso no logran alcanzar el nivel de exigencia, preparación, de enseñanza de una metodología de estudio y por qué no, de contención, que los “institutos” brindan a sus alumnos. El curso de ingreso hoy en día es una instancia con enormes dificultades para garantizar el aprendizaje necesario para abordar todas las inquietudes que arrastra un chico de 12 años. Nos parece central trabajar seriamente sobre esta problemática. Queremos que el Colegio pueda garantizar la posibilidad de acceder a esta educación pública de excelencia al mayor espectro social posible. Es la mejor manera de cumplir con el ideal de educación pública que el Colegio siempre ha defendido.
Tal vez de un modo parecido, la estructura se mantiene una vez dentro. El carácter expulsivo del colegio, es un tema que debiera intranquilizarnos. Pareciera que el nivel de exigencia o de excelencia de la escuela, se midiera al final, sin pensar en el durante: los que llegaron a 5to año, son los “verdaderos” representantes de la institución. Así, el colegio deja libre a chicos, sin hacerse cargo de las causas y como si fuera poco, ni siquiera de las consecuencias. Y hablamos sobre todo, de chicos que pierden la regularidad en instancias de mesa de exámenes. El Colegio debe hacerse cargo de retener a esos estudiantes y generar un ambiente dónde se estimulen sus ganas, y no queden a la deriva. Expulsar a un estudiante del sistema educativo no debiera ser un trámite o una condición sine qua non para garantizar el carácter elitista de la institución: el “fracaso” de sus alumnos es el fracaso del Colegio. Es fundamental entender en qué falla el Colegio para solucionar este problema, realizando las reformas necesarias.
De ahí surge otra problemática que creemos indispensable seguir discutiendo, que es acerca de la actualización de la currícula. La exigencia del colegio debe medirse especialmente, sobre la calidad de las herramientas educativas que le brinda al estudiante para poder intervenir en la realidad. Así como hoy en día se está trabajando para reformar y mejorar la enseñanza de idiomas, que anteriormente se encontraban por debajo del nivel académico estimado, hay que debatir entre toda la comunidad acerca de la actualización de otros programas en pos de la mejora educativa.
Como ex alumnos, y como defensores de la educación y el patrimonio público, nos manifestamos en contra de cualquier permuta o venta del campo de deportes, y en contra de cualquier tipo de negociación con una corporación privatizadora, como CAPMSA. Toda la comunidad debe defender su patrimonio, sobre todo frente a una corporación que no le interesa nada acerca del espacio público y nuestra educación. Hoy por hoy, la situación está empeorando: La Corporación está a un paso de obtener el título de propiedad, debido a la negligencia por parte de la Universidad en seguir defendiendo el patrimonio que le pertenece. De este modo, terminaría el litigio a favor de CAPMSA, y todo el terreno donde hoy se encuentra el Campo de Deportes, quedaría en sus manos. Seguimos y apoyamos a los estudiantes en esta lucha, que es legítima y nos pertenece a todos.
Estos son los debates que creemos necesario iniciar e instalar en la Comunidad Educativa, desde el nuevo espacio de graduados que buscamos conformar, y en el presente contexto desde el accionar en el nuevo Consejo Escolar en conjunto con los demás sectores.
Queremos que los graduados asuman el compromiso social de aportar sanamente en la construcción de un mejor Colegio y de una mejor educación pública, teniendo siempre en
cuenta el papel del estudiante como actor fundamental en la dinámica del colegio.
domingo, 19 de abril de 2009
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