jueves, 28 de junio de 2018

El futuro del Colegio. Desafíos para los años 2019-2023.

El objetivo fundamental del CNBA para los próximos años es empezar a participar en un escenario contemporáneo definido por perspectivas globales y cruces de disciplinas. Esto significa orientar el trabajo del CNBA para que nuestras estudiantes y nuestros estudiantes, nuestros profesores y nuestras profesoras, y nuestro personal administrativo tengan las herramientas necesarias para participar de intercambios de conocimientos nacionales, regionales e internacionales.
En términos muy generales se trata de incorporar al CNBA temáticas, experiencias e infraestructura en esta sintonía. Más en concreto, esta visión se expresa en iniciativas tales como:
  • dar un sentido claro a la agenda de intercambios, asegurar el trabajo académico al interior de esa agenda y profundizar su interacción con la cursada regular;
  • buscar mecanismos para lograr mayor centralidad de la enseñanza de idiomas;
  • sumar criteriosamente tecnología en el aula y mejoras de infraestructura en los laboratorios; incrementar las oportunidades de trabajo multidisciplinario;
  • impulsar la enseñanza de habilidades y destrezas;
  • optimizar informáticamente la administración.
Naturalmente, las destinatarias y los destinatarios finales de esta propuesta son nuestras estudiantes y nuestros estudiantes. Sin embargo, las iniciativas orientadas a profesoras, profesores y personal administrativo son esenciales para lograr estos objetivos. Y, en este sentido, también para dar respuesta a malestares larga y ampliamente extendidos en el CNBA, que son desafíos liminares para cualquier proyecto educativo.

Sobre profesores y profesores

Primero, es urgente revertir el extendido aplacamiento de las iniciativas de profesoras y profesores, resultado de años de falta de apoyo a sus iniciativas, favoritismos prebendarios y muy poco interés por sus opiniones sobre la gestión del CNBA. Profesoras y profesores de diferentes materias, orientaciones y trayectorias se lamentan por la ausencia de canales fiables para participar, siquiera opinar, sobre el rumbo que toma el CNBA; por el desinterés por su producción académica; por la pila de obstáculos que deben superar para llevar adelante iniciativas académicas de todo tipo.
Es necesario, entonces, ofrecer un espectro amplio de incentivos a profesoras y a profesores para levantar entusiasmos alicaídos y lograr que la tarea docente en el CNBA vuelva a ser irrigada con la profusa actividad académica de las profesoras y de los profesores. Estos incentivos van desde mejoras en los espacios de trabajo y de descanso, aumento de la cantidad de preceptores, mayor asistencia de parte del personal administrativo, apoyo para gestiones fuera del CNBA, promoción de sus iniciativas y logros, una política positiva para alentar a que las profesoras y los profesores usen las instalaciones del CNBA para ser anfitriones de estas actividades. En general, poner los recursos del CNBA a disposición de las profesoras y de los profesores para acompañarlos en sus iniciativas y para hacer del CNBA un aliado en su desarrollo académico.

Sobre estudiantes

CUIDAR PARA POTENCIAR. Se advierte que la oferta del CNBA todavía tiene que ganar mucha precisión para poder potenciar al máximo a sus estudiantes, y esto en diferentes niveles. Garantizar educación sexual integral desde los primeros años y la implementación del protocolo de intervención institucional ante denuncias por violencia de género, acoso sexual y discriminación de género son tareas de primer orden. Asimismo, la unánime preocupación por la salud de los estudiantes y por las herramientas con las que cuentan para afrontar situaciones de riesgo -en relación a su imagen, a sus consumos y a su integridad sexual-, contrasta, sin embargo, con una política que, aunque sostenida en el tiempo, todavía parece débil y errática. Diferencias marcadas en los abordajes de las diferentes tutoras y los diferentes tutores; ubicación marginal del trabajo de tutorías en la currícula; poca precisión sobre el rol, tareas y responsabilidades de las tutorías; escasez de tutoras y tutores, apenas uno por turno para cada año. Mejorar las condiciones de las estudiantes y los estudiantes del CNBA para manejar las situaciones riesgosas que las rodean y los rodean es hoy tan necesario para su desempeño escolar, como una alimentación suficiente.
TRABAJAR LA HUMILDAD. En segundo lugar, la preparación anímica para después del CNBA. Muchas profesoras y muchos profesores del CNBA, muchas graduadas y muchos graduados, y docentes universitarias y docentes universitarios de los primeros años advierten sobre las dificultades persistentes que un número significativo de nuestras graduadas y de nuestros graduados tiene en sus primeros años fuera del CNBA. Resultados en la universidad por debajo de lo esperado, deserción, dificultades para ordenar un proyecto de formación profesional -cualquiera sea la disciplina, universitaria o no universitaria-, precariedad laboral, ansiedad, y desilusión. Estas dificultades se advierten aun en graduadas y graduados que tuvieron buenos desempeños como estudiantes, a veces, incluso, en estudiantes de muy buenos desempeños.
Acaso una de las causas de estas dificultades en los años inmediatamente posteriores al CNBA sea una distorsión sobre los desafíos que implican esos años. Más concretamente: una desatendida subestimación de las dificultades y una celebrada sobreestimación de las capacidades. Esta visión distorsionada sobre el tamaño de los desafíos y de los recursos con los que cuentan para afrontarlos se vuelven un verdadero talón de Aquiles para muchas de nuestras graduadas y para muchos de nuestros graduados. En este sentido, el CNBA debe ayudar a sus estudiantes a prepararse para su salida del secundario con orientación vocacional, con herramientas para trabajar la construcción de un proyecto personal, trabajando la humildad.
Este problema, vital en muchos sentidos, debe ubicarse entre las prioridades del CNBA para evitar malograr años de esfuerzo, trabajo e inversión del CNBA y de sus estudiantes y familias. Sobre esto no se ha hecho nada en los últimos años; es muy probable, incluso, que la conducción actual no llegue siquiera a advertir o entender este problema.
ENSEÑANZA Y TECNOLOGÍA. El CNBA debe asumir conscientemente el desafío que plantean Internet y las tecnologías de la información a la enseñanza, por dos vías principales. Por un lado, logrando que las experiencias académica, curricular y administrativa resulten un entrenamiento para profesoras, profesores y estudiantes sobre cómo sacar provecho de las fuentes electrónicas de información, tales como bibliotecas, foros y archivos digitales. Por el otro lado, con un trabajo específico sobre la materia Informática. A este respecto hay muchas discusiones sobre cuál debería ser la orientación de una materia asi y sobre si sería necesario aumentar su carga horaria. Algunos temas que deben estar en la agenda de una reforma de esta materia deben ser: elementos de programación, redes e internet, diseño, aplicaciones. En todos estos temas se trata de aprender a usar las herramientas, pero, también, de ofrecer conocimientos para una apropiación reflexiva de la tecnología, de sus oportunidades y riesgos, de sus efectos sobre la vida cotidiana, la privacidad, la producción de valor y la democracia.
EXTENSIÓN. La actual oferta de extensión es profusa, organizada y abarcativa, pero requiere de criterios más precisos y curados para ser, más que un apéndice, un órgano fundamental de la oferta académica del CNBA. Los diferentes elementos de esta oferta -los temas, las metodologías, los perfiles de los docentes, las instituciones asociadas- dan señales a nuestras estudiantes y a nuestros estudiantes sobre la misión, los objetivos y los valores del CNBA.
En este sentido, la oferta de extensión puede ser uno de los más eficaces canales para estrechar lazos entre la comunidad educativa, si se la organiza a tales fines. Por ejemplo, si el formato taller deja su lugar al formato club en el que participen diferentes generaciones y diferentes claustros, creando, así, una completa y nueva zona para el tejido social de nuestra comunidad. De esta manera, también, la oferta de extensión puede volverse un mecanismo extraordinario para fomentar que nuestras estudiantes y nuestros estudiantes pasen más horas en el edificio.

Sobre la administración

Si no están acompañadas de mejoras en los procesos administrativos, las iniciativas esbozadas hasta acá pueden quedar reducidas a meros efectos de cosmética. En este sentido, cualquier administración futura va a encontrar en las trabajadoras y en los trabajadores administrativos un aliado irremplazable para que estas mejoras ganen calado y se asienten en el CNBA. Con esto en mente, identificamos dos prioridades para atender en la organización administrativa: información de alumnos compartida por las administraciones de los tres turnos y gestión informática.
INFORMACIÓN EN LOS TRES TURNOS. La administración separada por “turno” de la información sobre alumnas y alumnos parte el CNBA en tres organizaciones administrativas diferentes, ignorando que la experiencia de padres, estudiantes, profesoras y profesores no responde a esa distribuciòn del tiempo. Los estudiantes, por su parte, participan de deseables actividades a contraturno; profesoras y profesores, por otra parte, tienen horas desparramadas a lo largo de la semana en diferentes franjas horarias; padres y madres, finalmente pueden necesitar hacer trámites o consultas fuera del horario de cursada de su hija o hijo. Esta balcanización se ve agravada por la fragmentación entre oficinas: es frecuente que la secretaria de alumnos, las rectorías, el departamento de orientación vocacional no manejen los mismos datos de estudiantes y otros participantes de la comunidad educativa. Como ejemplo: el CNBA no cuenta con una padrón unificado de graduadas y graduados, para saber si alguien se graduó en el CNBA es necesario recurrir al archivo en el que conviven indiscriminadamente documentos de muy diferente tipo: listas de la secretaría de alumnos, actas de actos de colación de grado, registros informales.
GESTIÓN INFORMÁTICA. En este mismo, sentido, el organigrama del CNBA abunda en redundancias innecesarias: la supervisión por turnos existe, además de a nivel vicerrectoral, a nivel de los regentes; los registros de personal, alumnos, padres, yacen dispersos y disímiles en vicerrectorías, secretarías, personal, tesorería, departamentos de alumnos. El peso de los favores en la organización, en detrimento de criterios de racionalidad administrativa, hizo que el organigrama se salga de cauce. Esto genera un administración oscura, territorio fértil para situaciones informales, superposición de tareas, incongruencias, incluso, arbitrariedades. Para reducir la sobrecarga burocrática, la próxima gestión puede ayudarse de infraestructura informática. Mejoras en el sitio web, campus virtual, sistema de comunicación interna, sistema de gestión escolar, sistemas de gestión en biblioteca y archivo y renovación del parque informático de las oficinas. Los beneficios de estas herramientas ya están probados en muchos otros colegios y en facultades de nuestra universidad, como también el apoyo de las trabajadoras y los trabajadores a estas iniciativas que facilitan sus tareas y mejoran su rendimiento.
Estos puntos son señalamientos preliminares para construir un diagnóstico más completo del CNBA, que sea representativo de las preocupaciones de los diferentes claustros. En este camino, entre los muchos temas que deben ser incorporados a la discusión podemos señalar:
  • MEJORAR LA PERMANENCIA
  • IMPULSAR LA FORMACIÓN DOCENTE
  • MEJORAR LAS CONDICIONES DE TRABAJO DE PROFESORAS Y PROFESORES
  • HACER VALER EL PATRIMONIO
  • MEJORAR LA INFRAESTRUCTURA

No hay comentarios:

Publicar un comentario